La impresora utiliza el método térmico directo para imprimir texto, gráficos y códigos de barras legibles para el ser humano. Incorpora un motor de impresión sofisticado para lograr una impresión óptima en todas las condiciones operativas. La impresión térmica directa utiliza calor para causar una reacción química en medios especialmente tratados. Esta reacción crea una marca oscura en la que un elemento calentado en el cabezal de impresión entra en contacto con el medio. Dado que los elementos de impresión están dispuestos de forma muy densa a 203 ppp (puntos por pulgada) en horizontal y 200 ppp en vertical, se pueden crear caracteres y elementos gráficos muy legibles fila a fila a medida que los medios avanzan por el cabezal de impresión. Esta tecnología tiene la ventaja de la simplicidad, ya que no se necesitan consumibles como tintas o tóneres. Sin embargo, dado que los medios son sensibles al calor, pierden la legibilidad de manera gradual durante largos períodos, en especial si se exponen a ambientes con temperaturas relativamente altas o a la luz solar directa.
